1er. EMPODÉRATE MUJER, QUITO/ECUADOR |
¿Qué nos despierta? Un golpe, el dolor, una situación, el día, la
noche y por cierto, el deseo profundo de que pase algo más en nuestras vidas.
Hace tres meses comencé con un proceso inquietante y creativo que avizoraba
que una idea estaba por parirse. Mientras ese proceso sucedía, pensaba en las
mujeres del planeta, en las que están cerca y en la posibilidad de desarrollar
una experiencia-taller que pudiera en su intensidad transformarlas. Me
preguntaba cómo podría hacerlo si el acto de cambiar requiere de una decisión íntima y real que funciona al
persistir en ella. Otros menos optimistas me comentaron con total seguridad que
un ser humano no cambia.
Como fundadora de Colibrí Comunicaciones, mi propósito es trabajar
en el desarrollo del potencial de las personas, pues tengo la certeza de que
existe mucha madera dentro de cada ser humano sin revelarse, sin ser trabajada.
Las personas por lo general poco se conocen. Cuántos de ustedes practican la autoobservación,
la meditación o algún deporte que los ponga a prueba realmente. Es necesario salir
de lo conocido y probar, identificar las técnicas que el cerebro utiliza para
detener un proceso de cambio, poner atención en los pensamientos repetitivos y
en la emoción que nos gobierna.
Así nace el proyecto Empodérate Mujer, una experiencia que
comprende un formato de cuatro momentos diseñados para remover las capas que
ocultan el potencial humano. Si bien, al inicio se pensó en un simple taller de
prueba, aquello mutaría de manera orgánica en una experiencia de
transformación.
Y por qué mujeres. Hoy la mujer está viviendo un momento histórico
donde los espacios son “con ellas”, donde la política, la economía, los
activismos, las tendencias y la fuerza de la familia son “con ellas”. Sin duda
siempre fueron la “fuerza”, pero hoy no existe discusión ni ocultación al
respecto, más bien reivindicación por años de olvido. Ahora, en medio de dicho
proceso histórico, aún existen creencias paralizantes en el mundo femenino que
entrampan su expansión, realización y libertad emocional de ser en toda su
totalidad.
Las mujeres en su ejercicio de guardar, de contener, albergan muchos
dolores, palabras sin ser expresadas, sentimientos sin liberar, sueños sin
realizar, una ternura infinita y múltiples ideas para salir adelante.
Dentro de las diversas experiencias que he vivido como potenciadora,
he experimentado en directo la tristeza de
una mujer que ha sido golpeada, abusada, que ha experimentado la extrema
pobreza toda su vida y que sin embargo, ha decidió convertirse en líder de su
causa, de su familia, de su labor, de su trabajo, en definitiva, resolvió ser protagonista
de su existencia.
Cada vez que una mujer vive un proceso de entrenamiento para
potenciarse, busca experimentar que sí existen posibilidades para ser feliz,
que sí posee la capacidad para realizarse y que su vida sí tiene sentido. Es
más, cuando viven un proceso de cambio real, las mujeres con asombro descubren
su desconexión con su “ser mujer”, su cuerpo, la vibrante sexualidad y sobre todo
de quiénes son realmente. Y todo lo anterior es dado muchas veces por los
sucesos de la infancia, la rutina, los esposos, las parejas y las familias que
emiten relatos limitantes. Descubres que
el miedo gobierna.
Y lo cierto es que cuando una persona trabaja en sus capacidades y
potencial, descubre que los grandes obstáculos que la detienen y que configuran
su comportamiento están dados por los sucesos vividos en la infancia, factor
determinante a la hora de ver el mundo con posibilidades o sin ellas.
Cuando diseñé el proyecto Empodérate Mujer, estuve largos días
estudiando, pensando y leyendo a los seres más grandes que han puesto su observación
en el comportamiento humano. También fui a mis recuerdos, a las historias de
diversas mujeres, salí a la calle, el mejor campo para la observación, mantuve
muchas conversaciones y finalmente comprendí que durante la experiencia sería necesario
que cada mujer fuera a su infancia, detectara sus jaulas personales y las abandonara
para empoderarse.
Para cada mujer la experiencia de empoderarse es sin duda un acto
de liberación para por fin “ser” sin límites. Cuando realicé la primera experiencia
en Quito/Ecuador, fue asombroso ver la determinación de las mujeres asistentes
frente a un cambio, su seriedad y disposición para hacer las acciones
necesarias para salir de sus jaulas y la valentía para dejar salir a los
fantasmas que alimentan el ego y que ocultan el potencial del ser.
Cuando viajas junto a las personas a su infancia, se hacen presentes
padres exigentes, madres anuladas o golpeadas, escasez de dinero, bullying escolar
o niñas y niños que no se sintieron amados.
Todo lo anterior configura en la adultez la forma en cómo ves y
vives el mundo. Es más, descubrí que se vive más encarcelado de lo que se cree,
mujeres y hombres en cárceles de barrotes infranqueables, pero invisibles.
Empoderarse es en sí mismo un acto de voluntad para reencontrarse
con uno mismo. Es ir al interior y por fin ver las capacidades, los talentos y
decidir usarlos. Es cuando despiertas ante lo que eres capaz de hacer. Sin duda
este ejercicio profundo ilumina el camino del propósito de vida para que seres
humanos despiertos vivan de verdad, sin límites, sin “tantos” miedos y sientan
en la contribución una gran razón para vivir inspirados y con la certeza del
porqué están en este mundo.
El proyecto Empodérate Mujer recién inicia su camino por
Latinoamérica. En junio realizamos la primera experiencia-taller en Quito y, en
menos de un mes, un nuevo grupo de mujeres lo solicitó para vivirlo.
Si bien jamás se sabrá dónde termina una breve idea, les sugiero
que obedezcan sus impulsos, sus momentos de creatividad, de silencio y de
incertidumbre, es en dicho devenir donde las cosas imprescindibles para el
planeta surgen.
Es posible que la experiencia de empoderamiento con el tiempo mute y
sea algo más de lo que hoy se puede vislumbrar, sin embargo, lo esencial es que
hoy muchas mujeres están descubriendo su verdadero “poder” de ser y hacer, dos
vías directas para cambiar el mundo.
Por lo tanto, mujer no olvides jamás de afirmar con fuerza “YO SOY
LA VOZ”.
@AleteaColibri
No hay comentarios:
Publicar un comentario