27 abril 2014

¡Colibrí Comunicaciones, emprendiendo el vuelo!

Un colibrí tiene la capacidad de llegar a batir su corazón unas 1200 veces por minuto, pero al llegar la noche, baja su intensidad a un 10 por ciento, algo que  vendría siendo una pequeña muerte y que lo trasforma como el ave símbolo de la resurrección. Si bien es el más pequeño entre sus pares, su corazón y cerebro es el más grande de su especie en proporción a su tamaño. Sacude sus alas 80 veces por segundo, lo que le permite moverse en todas las direcciones, también hacia atrás, gesto que también lo hace único. Símbolo del que lleva un “mensaje”. Su presencia nos habla de una tierra fértil y próspera; su belleza permite devolvernos al presente como quien se suspende en el aire sin alas.

Las capacidades del colibrí impresionan, inspiran y de paso ayudaron a configurar ideas que fecundaron una propuesta enfocada 100 por ciento en el ser humano en todas sus dimensiones, sean ellas espirituales, de vida, de sueños, materiales y de construir un mundo mejor. Así nace el emprendimiento “Colibrí Comunicaciones”, un espacio que trabaja para el desarrollo humano en pro de su felicidad y en la promoción consciente de la comunicación como el camino para lograr entendernos como especie.

Las ideas están ahí para ser escuchadas. En este caso, la propuesta nace desde un impulso interior y desde la esencia de seguir los latidos del corazón y el espíritu. La sensación del paso del tiempo me hizo comprender que el  vivir tan breve y fugaz no es “de gana” o en el vacío, sino lleva un propósito que solo uno puede descubrir. Para encontrar esa respuesta que nos puede ocupar una vida entera o solo un instante de ella, fue necesario hacer una pausa.

En el silencio y en la incomodidad diaria que provoca estar en el espacio equivocado permitieron responder dónde estar, qué hacer y por qué, sin olvidar que en este devenir nada es tan definitivo, todo cambia y se transforma, desde una partícula subatómica que se agita como el corazón al ver al ser amado.

La belleza de vivir en la verdad, en la coherencia y el sentido, hacen de esta idea un propósito de vida que de seguro irá en la dirección necesaria. Entender dónde estar produce en el ambiente un fluir a favor, las ideas parecen brotar así como las oportunidades, la pasión hace batir el corazón como un aleteo de colibrí y sientes una conexión con el todo, descubriendo que todo está más conectado de lo que parece.

Encontrar el camino no es de todos los días aunque debiera serlo. Por lo tanto, esta motivación de vida pretende seguir la receta de un misionero que un día me regalara: “¿Quieres ser feliz?, busque hacer feliz a las personas”, también te invito a comprobarlo, como bien me dijo “es una receta segura”.

Finalmente, los insto a seguir sus intuiciones, a actuar con amor en todas las direcciones, a equivocarse(nos) mil veces si es necesario y a creer que no estamos solos, creo sentirme muy acompañada en este camino de abismos, riesgos e incertidumbres en el campo material. Nada se pierde con seguir el corazón, morir tranquilos debería ser un propósito diario y el ver a la humanidad y a todo ser vivo en su real dimensión también. Nadie está “de ganas” en el mundo, por lo tanto todo y todos somos valiosos.


¡Gratitud! es lo único que se me ocurre para finalizar este relato. 

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