04 agosto 2014

Regalos en la Oscuridad

Sentirse diferente no es lo mismo que ser. Hay un abismo entre el inconsciente y lo dicho. Hoy es de noche y pienso que amarte ha sido una de las mejores cosas que he me ha pasado y así como en el más allá,  no hay tiempo, ni etapas, ni canas, ni críticas. El mundo parece pequeño ante el universo que ofrece la mente. Quisiera poder ser sincera y algo me lo impide, quizás porque hacer daño es tan fácil y curarse tan lento.

Nada de lo que todos esperan he esperado jamás. No me oprimen ni me apura lo que tendría que ser. Yo les diría preocúpense por ser felices, por ser feliz tu. Que los actos no respondan a otros sino al corazón que late sin cesar dejando huellas en todo el universo. Mi certeza es que estos latidos llegarán hasta Plutón, aunque no pueda comprobarlo me gusta creerlo. Hay tanta belleza, desde una caricia sutil y a la vez intensa, porque está hecha de verdad.

Escuchar la misma melodía de frustraciones ajenas me cansa, porque les gusta estar allí y no deciden cambiar de una vez, nadie lo hace por uno, nadie nos lava los dientes, ni nos dice lo que tenemos que pensar ni sentir. Hoy quiero recordar la belleza, esa intensa forma fugaz que nos maravilla, como un brote pequeño, como ese leve brillo que albergan los ojos de gran espíritu, como ese flujo de luz que se cuela por las ramas de un bello polylepis, mientras siento que la vida es tan linda y completa.

No me voy de este mundo sin ser feliz, aunque la búsqueda me lleve toda la vida. Qué es mejor, buscar eso o la tristeza, buscar eso o la idea de que nada resulta por la cobardía de no atreverse. Sé que todo lo que amo y amaré no existirá alguna vez, idea que me tortura, aunque de seguro prefiero amar sabiendo que quizás se acabará, como hoy añoro acariciar el suave rostro de mi hermosa abuela, hecho que jamás pasará, jamás, pero eso no me limita a seguir amándola.

Este escrito es un acto psicomágico, pues estas letras se perderán o traspasarán, el fin aquí poco importa, lo que si importa es actuar con honestidad hacia uno mismo, porque sé que cuando deseo algo dejo la honestidad bajo de la almohada. Cuando uno recuerda todas las cosas que han alterado el corazón de alegría, de gozo, de erotismo, de satisfacción, de amor, uno encuentra tantas razones para aletear. Cuando nos aman de verdad, la libertad se hace presente y uno como niño quiere contárselo a todo el mundo, aunque aquello quede sólo en la intensión.

Quiero vivir como se me plazca, así como la intuición surge, como un kinde que aparece y desaparece, como un árbol perezoso, como una mujer que arde, como una ingenua que cree que las diferencias son de este mundo y no del otro y de los otros.  No negaré jamás esa capacidad de poder ver y la utilizaré como linterna para caminar, confiando en que donde estoy, donde esté, es porque allí debe ser, al final me he acostumbrado a aceptar, a ser jalada por las circunstancias, a pensar que existe un lindo propósito, no tan solo lo pienso, lo siento y veo.

Que el día traiga sus regalos, que de seguro en la noche los abriré toditos.

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