02 enero 2015

2015:LA MATRIX Y EL CAMBIO INTERIOR

Gracias, amor, paz y unión son las cuatro palabras que surgieron mientras cambiaba el año. Hoy es 2015, un cambio de cifra y una sensación de oportunidad para el alma, la mente y el corazón.

Es el año del cambio personal. Hace años comencé un camino de búsqueda y siento haber encontrado algo maravilloso, esto es, la felicidad en estado de agradecimiento. Una flor que comienza a abrirse, un arcoíris en el páramo que se cruza ante nuestros ojos, el sonido de un colibrí que te dice aquí estoy, una mariposa nocturna que te hace comprender el significado de la belleza y un abrazo que te comunica en lo profundo que todo está bien, que ya no estás solo.

Decidir sanarse es tan y más valioso que entregarse a los demás. Sanarse es saber que uno tiene las mismas oportunidades que cualquiera, sanarse es entender que a la vida no se vino a sufrir, ni a luchar ni menos a vivir sin sentido. Comprendes que el estado del fluir es justamente eso, vivir en la creación de las condiciones que necesitas, es aceptar lo que sucede y es danzar con el universo. La actitud de resistencia desaparece y comprendes que todo evento es parte de una historia mayor, de un porvenir, de un todo unido que Max Planck llamó “la matrix” o en palabras más balsámicas, en la vibración amorosa que mantiene todo el conjunto que somos y que nos rodea.

Queremos que el mundo cambie, deseamos en lo profundo que mañana exista paz por fin en todo el planeta, pero lo que no sabemos en estado consciente es que cada uno puede contribuir a ese sueño y sentimiento de querer vivir mejor, de ser felices. Quizás partir por uno es un gran paso ¿Cuántas veces lo has intentado?, ¿cuánto has persistido?, ¿cuáles son las ideas que rondan por tu cabeza?, ¿has conversado con tu corazón sinceramente?, ¿eres honesto contigo o te preocupas de serlo para los demás?

Cuando comprendí que vivimos en una red invisible vedada para los ojos, pero no para el campo de la energía, entendí que la responsabilidad es grande, aunque falle, es una verdad de la cual ya no se puede escapar. Se comprobó científicamente que al dividir una partícula en dos trozos, uno lanzado a 10 kilómetros y el otro al otro extremo, 10 kilómetros más, es decir, ambos trozos a 20 kilómetros de distancia, evidenciaron que al afectar a un trocito, al otro extremo, la otra parte sufría los mismos cambios, es decir, existe un campo energético que nos dice que jamás la distancia que conocemos nos separa.

Por lo tanto, cuando pensamos, qué campo energético estamos generando con nuestra mente, cuál es nuestra conversación interna, ¿está quizás centrada en la compasión, en el amor, en el perdón?, bajo qué emoción estamos creando nuestros pensamiento, qué verdaderamente está impulsando nuestros actos. Son preguntas personales, de respuestas individuales, hecho que nos invita más allá de mirar y aspirar a la paz mundial, mejor será velar por la paz interior que en suma generará ese estado de quietud que haría de este espacio/universo un lugar para vivir y en abundancia.

Este 2015…este 3440…el año que sea, es bueno estar atentos al trabajo personal del cual ya es hora de hacernos cargo. No se trata de intentar, se trata de un acto de voluntad pura. Desarticular creencias, instalar nuevas y más amables. Dejar de esperar aquello extraordinario como si solo viniera del exterior. Sapa que el amor es una herramienta de moda, del ayer y del futuro.

Adelante compañeros, sólo quien lo haga podrá saber que esto es más que letras y de paso, querrá contárselo hasta al ciego o sordo que encuentre por la calle, ya que es posible que luego del cambio vivas con la permanente sensación de HABER ENCONTRADO “ESE” ALGO QUE TE HABÍA MANTENIDO INQUIETO TODA LA VIDA.

Bendiciones, bendiciones, bendiciones.

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